Manzanedo

El primer testimonio de poblamiento cercano lo encontramos en la Cueva del Moro, un pequeño eremitorio excavado en la roca caliza entre los siglos IX y X. Se trata de un espacio que sirvió de templo y vivienda ubicado a menos de un kilómetro de este tradicional conjunto, junto al camino ascendente hacia Argés y San Martín del Rojo. Un conjunto presidido por la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Este templo, pese a sus posteriores modificaciones, mantiene las líneas fundamentales de su primitiva construcción románica de mediados del siglo XII, aún visibles en su ábside semicircular, su espadaña y un pórtico que cobija una portada con tres arquivoltas. Hoy, una parte del templo está ocupada como Museo de Arte Sacro dónde se exponen piezas de otras iglesias del valle.

La población de Manzanedo, capital de este bello municipio vertebrado por el Ebro, se apiña alrededor del templo. Su caserío mantiene los principales rasgos de la arquitectura popular, que tiene en la piedra y la madera sus principales elementos.

 

Iglesia de Manzanedo

La capital del Valle de Manzanedo está presidida por la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un edificio de estilo románico mezclado con el cisterciense popular y el barroco, cuyo interés se centra en su ábside semicircular y en un pórtico que cobija una portada con tres arquivoltas.


La iglesia, a pesar de haber sufrido importantes modificaciones, mantiene en lo fundamental las líneas románicas que la conformaron a mediados del siglo XII, conservándose de esta época importantes áreas: el ábside, espadaña, portada y muro sur. No obstante, la primitiva nave románica aparece hoy cubierta con bóvedas de crucería, claramente posteriores a los siglos románicos.


La portada, de tres arquivoltas, se ubica a los pies del templo, conservándose hoy únicamente su decoración impostada, muy estilizada y labrada en bajorrelieve.


El ábside se conserva prácticamente íntegro, apareciendo al interior abovedado en cañón en el tramo presbiterial y con cúpula de horno en la capilla. En el interior, el testero del ábside se divide en dos cuerpos, estando constituido el inferior por arquerías ciegas de medio punto de estructura esbelta y elegante, dos en cada lado del presbiterio y siete en el tramo curvo; los dos del lado norte desaparecieron al abrirse la puerta de la sacristía, mientras que otras tres permanecen hoy ocultas tras el retablo mayor. Muestra una la decoración escultórica sobria. 
Aquí se encuentra el Museo de Arte Sacro del Valle de Manzanedo.