San Martín del Rojo

En el valle del Rojo, junto a algunos núcleos despoblados, se localiza San Martín del Rojo, un conjunto rural que resalta por su iglesia. Este templo, dedicado a San Martín, es uno de los mejores ejemplos del arte románico de estos valles. La iglesia sobresale por la decoración y contenido iconográfico presente en sus trabajados canecillos, arquivoltas, capiteles y ventanas de su porche y ábside semicircular.

 

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

En una zona caracterizada por un relieve de pequeñas parameras y estrechos valles en el borde norte de Manzanedo, se conforma un paraje singular conocido como “El Rojo”, rodeado de pequeñas alturas y surcado por pequeños arroyos que descienden hasta el cercano Ebro. En situación preeminente, casi totalmente arruinado, está el pequeño pueblo de San Martín, vigilado desde lo alto por el modesto templo de La Asunción.


En el siglo XIV, el cercano monasterio de Rioseco tenía varias propiedades en este lugar, que, a mediados de dicho siglo, era de behetría de Pedro Fernández de Velasco..
En lo alto de una escalinata, una elegante espadaña barroca oculta un sencillo y austero templo románico de finales del siglo XII. La nave se encuentra bastante reformada, pero su cabecera conserva la estructura original en la que un breve tramo recto precede a un ábside semicircular. Hacia el exterior, los contrafuertes que llegan hasta la cornisa y una estrecha saetera rodeada de arco de medio punto son los únicos elementos que  rompen la monotonía del ábside. La cornisa, decorada con puntas de diamante, apoya sobre canecillos, algunos figurados. 


En el pórtico se reutilizan columnas y capiteles de la arruinada iglesia del cercano pueblo de Fuente Humorera, decorados con curiosas escenas que parecen representar a unos músicos junto a una bailarina en uno de ellos, y lo que podría ser un domador con su caballo en el otro.


La portada se organiza mediante arco de medio punto y cuatro arquivoltas. A Manolo, quien durante muchos años fue el único habitante de este pueblo, se le humedecían los ojos de orgullo cuando enseñaba a los visitantes ocasionales los “muñecos” tallados en esta portada. Diferentes personajes atados con una cadena se sitúan longitudinalmente ocupando la arquivolta, en cuyos extremos aparecen dos figuras demoníacas.


La iconografía presente en los capiteles del templo es muy variada. Un capitel de la nave repite un tema similar al de los músicos y la bailarina de capitel procedente de Fuente Humorera. Uno de los capiteles de la ventana situada junto a la portada representa a una especie de acróbata que alza sus piernas de forma inverosímil. En los capiteles del interior del templo se pueden ver también curiosas aves, parejas de cuadrúpedos afrontados y mascarones con aves que picotean en su boca.