Nos encontramos ante una de las joyas del románico universal, siendo una de las pocas iglesias que aporta su datación de la época en que fue construida, tal como figura en un sillar del muro sur : “el cinco de las calendas de mayo Pascasio plantó el huerto en la era 1.185” o lo que es lo mismo, en el año 1.147. Siendo por tanto una de las más antiguas inscripciones románicas de la provincia de Burgos.
Esta pequeña iglesia, que impresiona por su sencillez y rusticidad, resalta por su imagen compacta y su uniformidad de estilo, donde es posible contemplar la mayor parte de loa elementos que definen el arte románico.
Es conocida popularmente bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, aunque a veces aparece en algunos documentos como de la Inmaculada Concepción.
Tanto por su arquitectura como por su ornamentación responde al mismo estilo y técnica constructiva de San Miguel de Cornezuelo. Las dos impostas ajedrezadas que dividen la cabecera se repiten en el interior creando un interesante equilibrio con los elementos verticales.
Toda la cabecera se remata con una cornisa apoyada sobre canecillos de variada iconografía: animales, exhibicionistas y la característica figura portando un barrilito. La portada de medio punto consta de tres arquivoltas con decoración vegetal y de dientes de sierra. Sobre ella se alza una pequeña espadaña barroca.
El interior de la cabecera está recorrido por una bellísima arquería ciega, cuyos arcos de medio punto llegan hasta la línea de imposta inferior. La ornamentación de los capiteles está muy relacionada con la de otras iglesias del Valle de Manzanedo y del cercano Valle de Valdivielso. Se encuentran leones, águilas, cabezas humanas y un capitel simbolizando la lujuria. Asimismo, se conserva una bella pila bautismal románica adornada con una línea quebrada (símbolo del agua).