Monasterio Santa María de Rioseco

Se trata de un lugar de obligada visita. Nos encontramos en pleno Valle de Manzanedo, rodeados por el Parque Natural de los Cañones del Ebro y Rudrón. Aquí, a orillas del caudaloso río Ebro, se levantó a comienzos del siglo XIII el monasterio de Santa María de Rioseco. Un monasterio que estuvo habitado durante siglos por “monjes Blancos” de la Orden del Císter. Una comunidad que antes se estableció en las inmediaciones de Cernégula, en San Cipriano Montes de Oca en La Rioja y en las cercanías de Fuente Humorera, antes de trasladarse definitivamente a este emplazamiento.

Los monasterios cistercienses supusieron un incipiente renacimiento cultural por su proyección espiritual, inseparables de su proyecto de transformación político-social. La comunidad cisterciense estaba perfectamente estratificada; convivían los monjes “oradores” o letrados y los legos o “conversos” que se ocupaban del trabajo en las granjas.

En sus mejores momentos Rioseco debió contar con una comunidad de 100 personas, de las que 25 serían monjes y el resto conversos, novicios y criados.

En el recinto monástico estaban las dependencias de los monjes y separadas de estas la hospedería –donde se alojaban los viajeros- y el hospital, donde se cuidaba de los enfermos pobres. Asimismo los monjes se ocupaban de los indigentes que acudían al monasterio en busca de limosna, comida o ropa.

Fuera del convento se encontraban las familias que trabajaban en las granjas, ventas, molinos y batanes. Los monjes de Rioseco crearon una explotación agrícola modélica, imponiendo en el Valle de Manzanedo los cultivos de trigo, viñedo y lino. También introdujeron los frutales en el Valle. Destacó su plan ganadero e hidráulico, lo que justifica la elección de situar el monasterio junto al río Ebro.

El siglo XIX comenzó mal para el monasterio. Con la Guerra de la Independencia los soldados franceses embargaron el grano que se almacenaba en la Cilla. Los monjes fueron obligados a exclaustrarse en 1809 y regresaron a Rioseco en 1814. Durante el Trienio Liberal (1820-1823) fueron de nuevo exclaustrados y salieron a subasta algunas de sus propiedades, como los molinos. De nuevo una orden de Fernando VII les devolverá al monasterio.

Tras décadas de total abandono, actualmente un grupo de voluntarios trabaja para consolidar la ruina y organizan las visitas al mismo.

 

 

Monasterio Santa María de Rioseco, 09558 Rioseco