Cidad de Ebro

En su largo recorrido hacia el Mediterráneo, el río Ebro surca el verde Valle de Manzanedo. Para llegar al valle, el río se enfrenta a otro complicado paso en la Sierra de Tudanca: el bello desfiladero de Los Tornos. Una vez superada esta estrecha garganta, las aguas del río llegan a Cidad donde comienzan un tranquilo recorrido por el Valle de Manzanedo. 

En la orilla del Ebro, frente al antiguo castro emplazado en una cumbre con forma piramidal, se estableció el caserío de Cidad de forma muy anárquica. En torno a su iglesia se dispersan sus casas tradicionales conformando varias calles. En la parte alta del núcleo una ermita con cabecera románica y una casa torre de tres alturas con sus elementos destacados. Un crucero ocupa un privilegiado lugar en una de sus pequeñas plazas.   

Para enlazar las dos orillas del caudaloso Ebro, junto a su zona de baños se construyó un puente de estilo popular conformado, al igual que otros que cruzan este mismo río, por montones de rocas piedras que se unen con varias vigas de hormigón.