Zamanzas

En el flanco sur del anticlinal de Leva, a un lado del Ebro, en el lugar en que este río saliendo de su paso a través espectaculares cañones se prepara para enfilar el desfiladero de los Tornos, se extiende el agreste valle de Zamanzas. El espinazo calcáreo de la sierra de Albuera, presidida por la Peña Nava, le sirve de límite natural con el vecino Valle de Manzanedo. Por el sur, son los impresionantes cortados calizos del Escalerón los que le separan de los páramos de Sedano.

La situación geográfica de este exiguo territorio, rodeado por desafiantes riscos calizos, cuyas laderas se encuentran tapizadas por bosques de especies caducifolias entre las que predominan el roble y la encina, configura un mágico y misterioso paisaje de extraordinaria belleza.

Debido a su aislamiento y escasa población a lo largo de la historia, este valle situado en un espléndido marco natural constituye una auténtica reserva de la biodiversidad. Las cresterías rocosas que le rodean son un verdadero paraíso para las aves rapaces, como buitres leonados, alimoches y diversas variedades de águilas, que anidan en ellas.

La media docena de pequeños pueblos que salpican este pintoresco paisaje conforman una unidad geográfica y desde tiempos medievales un conjunto territorial conocido como Valle de Zamanzas. Se trata de pequeños conjuntos urbanos de enorme belleza que conservan en sus casas el sabor popular de la arquitectura tradicional. Los trazados urbanos son generalmente irregulares debido a la necesidad de adaptación a un terreno difícil y con muchas pendientes.

En general son casas grandes, de gruesos muros de mampostería con pequeños vanos recercados en sillería. Algunas lucen con orgullo buenas portadas de elegantes arcos y ventanas primorosamente labradas. La monotonía de sus fachadas se rompe con las características solanas de madera propias de la tipología de casa montañesa, y con populares entramados de madera y adobe.

El pueblo de Gallejones es conocido desde muy antiguo por las propiedades de las aguas de sus fuentes. La más conocida de todas es la llamada fuente de “Los Rodillos” o “Pozo Negro”, situada a las afueras del pueblo, cuyas aguas es creencia generalizada que son buenas para las afecciones cutáneas, para la diabetes y que estimulan el apetito.

Junto al río Ebro, el pueblo que se llamó Villanueva de la Puente, pasó a llamarse misteriosamente Villanueva de Rampalaez y actualmente Villanueva de Rampalay. La razón en este caso no es tan misteriosa. El magnífico puente medieval que cruza el río Ebro y que tuvo una gran importancia en las comunicaciones de la época, fue construido en el siglo XIII, al parecer en sustitución de otro más antiguo, por un tal  Ferrán Peláez.

Arquitectura popular

Entre densos bosques de robles y pinos aparecen los armoniosos y pequeños pueblos del Valle de Zamanzas que esconden en la arquitectura popular uno de sus principales secretos. En la mayoría parte de las poblaciones, el caserío se distribuye de forma anárquica, sin orden preestablecido. Las construcciones han sabido adaptarse a las duras condiciones climatológicas del frío invierno.

La casa tradicional, basada en el modelo de casa montañesa, generalmente presenta planta rectangular y tejado a cuatro aguas. Aislada o adosada a otras construcciones, en su fachada reina el orden y la simetría. En sus gruesos muros de mampostería se abren escasos y pequeños vanos recercados por sillares bien tallados en las esquinas. Generalmente cuentan con planta baja, una o dos alturas y una planta bajo cubierta, que es el desván de la vivienda. 

Pero su elemento común es la solana, un balcón corrido de madera que aparece en el piso superior. A veces, un gran portalón de dos hojas de gruesa madera cubierto por un tejadillo, permite el acceso a un patio anterior a la casa. En ocasiones, junto a la vivienda principal aparecen edificaciones destinadas a otros usos agrarios como el almacenaje.

 

Barriolacuesta y Robredo de Zamanzas: Puente sobre el río Ebro

Hasta la construcción del Embalse del Ebro, el caudal del río no había estado controlado por el hombre. Durante el pasado siglo, la necesidad de unir ambas orillas del Ebro para comunicar Tubilleja con Barriolacuesta, Robredo y el resto del Valle de Zamanzas, agudizó el ingenio de sus habitantes para construir un puente similar a los de otras poblaciones situadas junto al Ebro como Cidad de Ebro, Tudanca, Argés, Manzanedillo o Remolino.

No se trataba de levantar un puente tan ostentoso como el de Villanueva Rampalay. Aquí se afrontó la construcción de este curioso modelo de puente de estilo popular. Se trata de una construcción donde varios montones de piedra a modo de pilar o tajamar, se enlazaban entre sí por unas vigas de hormigón, permitiendo el paso del agua bajo las mismas. Los pilares finalizan en forma triangular para ofrecer la mínima resistencia a la corriente de agua.